Mientras el Ejército sirio lanza una operación en la localidad de Jisr Al Shughur escenario de actos de violencia desde hace varios días, el régimen de Bashar al Asad enfrenta, con el apoyo de Estados Unidos, nuevas presiones internacionales, que incluyen una eventual condena en la ONU, con el fin de obligarlo a detener la sangrienta represión. Pero tanto Rusia, como China y Brasil se oponen a sancionar a Siria. Por otro lado, ya son 2.500 los refugiados sirios en Turquía.
Estados Unidos y Europa intentan condenar a Siria ante la ONU, pero Rusia, China y Brasil se oponen - AP
La violenta intervención del Ejército estos últimos días en la ciudad de Jisr al Shughur provocó la huida hacia la vecina Turquía de más de 2.500 sirios que evocaron la actuación brutal de las fuerzas de seguridad contra los habitantes desarmados.
"Unidades del Ejército comenzaron su misión para controlar los pueblos aledaños a la ciudad de Jisr al Chughur y detener a los grupos armados", anunció la televisión, que afirma que la operación se lleva a cabo "a petición de los habitantes".
La mayoría de los aproximadamente 50.000 habitantes de esta localidad huyeron esta semana de la ciudad por temor a una operación militar de gran envergadura, según activistas. Durante los últimos días se registraron actos violentos en la ciudad, donde el Ejército realiza operaciones de rastreo desde el sábado.
Las autoridades sirias afirmaron que "grupos armados" mataron a 120 policías en Jisr al Chughur, pero los activistas de derechos humanos y varios testigos desmintieron esta versión y algunos aseguran que los policías perdieron la vida en un motín en el cuartel general de seguridad.
ÉXODO HACIA TURQUÍA
A pesar de las protestas, la presentación en el Consejo de Seguridad de la ONU de un proyecto de resolución que condena la represión, el éxodo de habitantes y la elevada cantidad de víctimas, el régimen del presidente Bashar al Asad persiste en su voluntad de aplastar toda disidencia.
Asimismo, otros 1.900 sirios llegaron a Turquía desde el miércoles, elevando a 2.500 el total de refugiados que cruzaron la frontera con Turquía, que instaló un importante dispositivo de recepción y ayuda en la provincia de Hatay, afirmó una fuente gubernamental.
La cifra de 2.500 refugiados fue anunciada por el ministro turco de relaciones exteriores Ahmet Davutoglu, según la cadena de televisión NTV. Los refugiados son atendidos por la Cruz Roja, en un poblado con tiendas.
AMBIGÜEDAD INTERNACIONAL
Las potencias europeas junto con Estados Unidos presionaron al Consejo para que condenase a Damasco, en tanto Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica expresaron una fuerte oposición a la propuesta.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, cuestionó este viernes la "legitimidad" del presidente sirio, Bashar Al Asad, tras la "masacre de vidas inocentes" en el país. "Pienso que todo el mundo debe plantearse la pregunta de si Asad tiene legitimidad para gobernar a su propio país después de este tipo de matanza", añadió el responsable norteamericano.
Por su parte, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan acusó de "atrocidades" al régimen sirio de Bashar al Asad y de no comportarse "humanamente" con los manifestantes. "Hablé con Asad hace cuatro o cinco días. Pero subestiman la situación. Y lamentablemente, no se comportan humanamente", declaró Erdogan.
En tanto, el canciller brasileño Antonio Patriota, cuyo país en un miembro clave del Consejo de Seguridad de la ONU, expresó su preocupación de que una resolución de la ONU, que condene la violencia en Siria, pueda agudizar las tensiones en Medio Oriente.
"Siria es fundamental cuando se mira la estabilidad en Medio Oriente", aseguró Patriota a periodistas en la sede de Naciones Unidas. "Creo que lo último que queremos ver o hacer es contribuir a exacerbar las tensiones en una zona que consideramos como una de las más tensas del mundo", señaló el canciller brasileño.
"Unidades del Ejército comenzaron su misión para controlar los pueblos aledaños a la ciudad de Jisr al Chughur y detener a los grupos armados", anunció la televisión, que afirma que la operación se lleva a cabo "a petición de los habitantes".
La mayoría de los aproximadamente 50.000 habitantes de esta localidad huyeron esta semana de la ciudad por temor a una operación militar de gran envergadura, según activistas. Durante los últimos días se registraron actos violentos en la ciudad, donde el Ejército realiza operaciones de rastreo desde el sábado.
Las autoridades sirias afirmaron que "grupos armados" mataron a 120 policías en Jisr al Chughur, pero los activistas de derechos humanos y varios testigos desmintieron esta versión y algunos aseguran que los policías perdieron la vida en un motín en el cuartel general de seguridad.
ÉXODO HACIA TURQUÍA
A pesar de las protestas, la presentación en el Consejo de Seguridad de la ONU de un proyecto de resolución que condena la represión, el éxodo de habitantes y la elevada cantidad de víctimas, el régimen del presidente Bashar al Asad persiste en su voluntad de aplastar toda disidencia.
Asimismo, otros 1.900 sirios llegaron a Turquía desde el miércoles, elevando a 2.500 el total de refugiados que cruzaron la frontera con Turquía, que instaló un importante dispositivo de recepción y ayuda en la provincia de Hatay, afirmó una fuente gubernamental.
La cifra de 2.500 refugiados fue anunciada por el ministro turco de relaciones exteriores Ahmet Davutoglu, según la cadena de televisión NTV. Los refugiados son atendidos por la Cruz Roja, en un poblado con tiendas.
AMBIGÜEDAD INTERNACIONAL
Las potencias europeas junto con Estados Unidos presionaron al Consejo para que condenase a Damasco, en tanto Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica expresaron una fuerte oposición a la propuesta.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, cuestionó este viernes la "legitimidad" del presidente sirio, Bashar Al Asad, tras la "masacre de vidas inocentes" en el país. "Pienso que todo el mundo debe plantearse la pregunta de si Asad tiene legitimidad para gobernar a su propio país después de este tipo de matanza", añadió el responsable norteamericano.
Por su parte, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan acusó de "atrocidades" al régimen sirio de Bashar al Asad y de no comportarse "humanamente" con los manifestantes. "Hablé con Asad hace cuatro o cinco días. Pero subestiman la situación. Y lamentablemente, no se comportan humanamente", declaró Erdogan.
En tanto, el canciller brasileño Antonio Patriota, cuyo país en un miembro clave del Consejo de Seguridad de la ONU, expresó su preocupación de que una resolución de la ONU, que condene la violencia en Siria, pueda agudizar las tensiones en Medio Oriente.
"Siria es fundamental cuando se mira la estabilidad en Medio Oriente", aseguró Patriota a periodistas en la sede de Naciones Unidas. "Creo que lo último que queremos ver o hacer es contribuir a exacerbar las tensiones en una zona que consideramos como una de las más tensas del mundo", señaló el canciller brasileño.
Fuente: Observador Global
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