martes, 26 de abril de 2011

El escudo humano de Chernobyl


Los liquidadores que trabajaron hasta el cansancio para evitar el avance de la radiación, tras la tragedia ucraniana del 26 de abril de 1986.


Hace 25 años, tras producirse el accidente nuclear de Chernobyl, la Unión Soviética reclutó a más de 600 mil voluntarios denominados los liquidadores, quienes enfrentaron una misión considerada casi un suicidio. 

Aquellos héroes sirvieron de escudo humano para la radiación al sofocar el incendio y tapar las brechas del reactor 4 de la central nuclear. Sin embargo, hoy con el paso de los años, cada vez son menos y aún se sienten olvidados. 

"Muchos de ellos estuvieron sometidos durante días a altas dosis de radiación, lo que les costó la invalidez y la muerte", aseguró Viacheslav Grishin, presidente de la Unión Chernobyl de Rusia (UCR). 

"Liquidadores son los rusos, ucranianos y bielorrusos que trabajaron en la zona de exclusión de 30 kilómetros que rodea la central para salvar al mundo de una catástrofe de grandes dimensiones", dijo.

El accidente se produjo el 26 de abril de 1986 cuando un grupo de técnicos quiso realizar una prueba de seguridad para comprobar si las turbinas de Chernobyl producían suficiente electricidad en caso de que el reactor dejara de funcionar, pero esa prueba se salió fuera de control, causando una de las catástrofes más importante de la historia. Este accidente causó grandes explosiones; la primera lanzó al aire el techo de mil toneladas y gran cantidad de combustible y grafito (mineral compuesto de carbón) fuera del edificio del reactor y la segunda desencadenó un incendio que duró 9 días.

Tras esto, los liquidadores, a diferencia de los operarios de la recién averiada central japonesa de Fukushima, se enfrentaron a la tragedia sin equipos ignífugos, máscaras, guantes o botas especiales para protegerse de la radiación. "Unos construyeron el sarcófago, otros se ocuparon de desactivar los edificios adyacentes, otros de limpiar los pueblos de la zona y algunos recibieron como misión el exterminio de toda vida salvaje, que pudieran transmitir la radiación", añadió Grishin.

Uno de ellos fue Víctor Birkún, un bombero ucraniano, que murió hace 2 meses, con 61 años, tras una operación de corazón. "Fuimos a apagar el incendio en mangas de camisa. No disponíamos ni de cascos ni de trajes ignífugos", aseguró Birkún hace 5 años. Pese a su heroísmo, Birkún no tuvo una vida fácil y sólo logró que el Estado le reconociera su derecho a una pensión de invalidez hace 3 años.

En este marco, Grishin apuntó que el Estado ruso "sí reconoce a los liquidadores de Chernobyl. No obstante, pone muchas condiciones", y agregó que "el nivel de mortalidad entre los liquidadores es muy alto y el Estado es muy lento. La mayoría apenas llega a disfrutar de las ayudas".

"Las sociedades rusa, ucraniana y bielorrusa reconocen su hazaña. Pero las medallas no les dan para vivir una vida digna", sentenció Grishin.

En tanto, aún siguen habiendo dudas sobre la cantidad de víctimas directas que causó y cuántas personas murieron por los efectos de la radiación que se expandió en Ucrania. En este marco, la UCR acusa al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de minimizar el número de muertes, que según cálculos de expertos ucranianos, son 100.000 personas. Aunque organizaciones ecologistas elevaron la cifra hasta 200.000 muertos por la tragedia de Chernobyl.

"El OIEA mantiene que unas mil personas murieron debido al impacto directo de la radiación. Sin embargo los exámenes médicos han establecido que más de 7 mil personas murieron debido a las fugas de Chernobyl", dijo Grishin. 

En tanto Grishin indicó que "25.000 liquidadores rusos han muerto y hay 70.000 personas con discapacidad, aproximadamente el mismo número en Ucrania y 10.000 muertos en Bielorusia y 25.000 discapacitados", lo que hace un total de 60.000 muertos y 165.000 discapacitados.


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