La guerra en Libia se profundiza a medida que pasan los días. A la polémica desatada por la decisión de la OTAN de enviar “asesores militares” se sumó la orden del Pentágono de hacer sobrevolar sobre Libia de forma constante aviones no tripulados. A esto hay que agregarle el viaje de una de las figuras políticas más importantes de los Estados Unidos al corazón de los rebeldes, el senador John McCain. Para Moscú, los movimientos son claros: es el comienzo de una intervención terrestre de consecuencias impredecibles.
Para Moscú, el envío de asesores militares marca el inicio de una operación "terrestre" - AFP
En las últimas horas, Estados Unidos parece haber decidido implicarse más de lo planeado, y quizás deseado, en la guerra de Libia. A la decisión de enviar aviones no tripulados -como lo hace en Afganistán y Pakistán para luchar contra los radicales islámicos talibán y la red Al Qaeda-, también decidió comprometerse políticamente al permitir el viaje al país africano del ex candidato presidencial, el senador John McCain.
McCain llegó a Bengasi para visitar el bastión de los rebeldes libios. Ni bien pisó tierra, el senador habló sobre los aviones no tripulados. "Esperamos que eso ponga fin al sitio de Misrata", afirmó.
Misrata es la tercera ciudad del país, escenario desde hace dos meses de un pulso mortífero entre los rebeldes y las fuerzas del coronel Muammar Gaddafi, que no dejan de bombardearla. Para distintos analistas militares el resultado de la batalla de esta ciudad es clave para el futuro de la guerra.
McCain, partidario del apoyo militar a los rebeldes libios, fue recibido por unas cincuenta personas en Bengasi, a gritos de: "Libia libre. Gaddafi vete. Gracias Estados Unidos, gracias Obama". A su llegada a Bengasi, McCain, veterano de la guerra de Vietnam, saludó a las personas reunidas ante el palacio de Justicia, donde se encuentra el cuartel general rebelde.
El político republicano es la más alta personalidad estadounidense que viaja a Libia desde el inicio del alzamiento popular contra Gaddafi a mitad de febrero. McCain tiene previsto reunirse con los dirigentes del Consejo Nacional de Transición.
El senador republicano se ha destacado en el Congreso de Estados Unidos como uno de los más fervientes partidarios de las operaciones militares en Libia.
El 13 de abril, después de que Estados Unidos retirara sus aviones de combate de las operaciones, abogó por que su país volviera a implicarse junto con la coalición internacional, asegurando que la OTAN no tenía la suficiente potencia para inclinar la balanza del lado de los rebeldes.
Finalmente, el secretario de Defensa, Robert Gates, anunció que dos drones armados estarán movilizados en los cielos libios. El viceministro libio de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim, lamentó la decisión en declaraciones a la BBC, diciendo que "matarán aún más civiles".
LA GUERRA EN TIERRA
En el frente oeste, los rebeldes recuperaron uno de los principales puestos fronterizos, cerca de Túnez. Los insurgentes izaron numerosas banderas de la monarquía, símbolo de los rebeldes, mientras un tractor destruía un enorme retrato del coronel Gaddafi que marca la entrada a Libia.
En el puesto fronterizo, agujereado por las balas, se pudo ver -poco antes del mediodía- a unas treinta camionetas. Tras abastecerse de agua, la mayoría de los rebeldes se dirigieron a una región montañosa, donde se encuentran las tropas de Gadafi.
Completamente desierto -desde que las tropas pro Gadafi prohibieron cualquier paso-, el puesto fronterizo parecía a un gran atasco, con cientos de vehículos pasando de un lado a otro de la frontera.
Francia, Italia y el Reino Unido anunciaron esta semana el envío de consejeros militares a los rebeldes. Varios oficiales franceses están ya asesorándolos, Roma enviará a diez instructores a Bengasi, y Londres mandará "menos de 20 militares".
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que apoya esas iniciativas, pero la secretaria de Estado, Hillary Clinton, descartó explícitamente que Washington vaya a enviar también a consejeros.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que el envío de asesores militares marca el inicio de una operación "terrestre", un acto según él "arriesgado" y que puede tener "consecuencias imprevisibles".
McCain llegó a Bengasi para visitar el bastión de los rebeldes libios. Ni bien pisó tierra, el senador habló sobre los aviones no tripulados. "Esperamos que eso ponga fin al sitio de Misrata", afirmó.
Misrata es la tercera ciudad del país, escenario desde hace dos meses de un pulso mortífero entre los rebeldes y las fuerzas del coronel Muammar Gaddafi, que no dejan de bombardearla. Para distintos analistas militares el resultado de la batalla de esta ciudad es clave para el futuro de la guerra.
McCain, partidario del apoyo militar a los rebeldes libios, fue recibido por unas cincuenta personas en Bengasi, a gritos de: "Libia libre. Gaddafi vete. Gracias Estados Unidos, gracias Obama". A su llegada a Bengasi, McCain, veterano de la guerra de Vietnam, saludó a las personas reunidas ante el palacio de Justicia, donde se encuentra el cuartel general rebelde.
El político republicano es la más alta personalidad estadounidense que viaja a Libia desde el inicio del alzamiento popular contra Gaddafi a mitad de febrero. McCain tiene previsto reunirse con los dirigentes del Consejo Nacional de Transición.
El senador republicano se ha destacado en el Congreso de Estados Unidos como uno de los más fervientes partidarios de las operaciones militares en Libia.
El 13 de abril, después de que Estados Unidos retirara sus aviones de combate de las operaciones, abogó por que su país volviera a implicarse junto con la coalición internacional, asegurando que la OTAN no tenía la suficiente potencia para inclinar la balanza del lado de los rebeldes.
Finalmente, el secretario de Defensa, Robert Gates, anunció que dos drones armados estarán movilizados en los cielos libios. El viceministro libio de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim, lamentó la decisión en declaraciones a la BBC, diciendo que "matarán aún más civiles".
LA GUERRA EN TIERRA
En el frente oeste, los rebeldes recuperaron uno de los principales puestos fronterizos, cerca de Túnez. Los insurgentes izaron numerosas banderas de la monarquía, símbolo de los rebeldes, mientras un tractor destruía un enorme retrato del coronel Gaddafi que marca la entrada a Libia.
En el puesto fronterizo, agujereado por las balas, se pudo ver -poco antes del mediodía- a unas treinta camionetas. Tras abastecerse de agua, la mayoría de los rebeldes se dirigieron a una región montañosa, donde se encuentran las tropas de Gadafi.
Completamente desierto -desde que las tropas pro Gadafi prohibieron cualquier paso-, el puesto fronterizo parecía a un gran atasco, con cientos de vehículos pasando de un lado a otro de la frontera.
Francia, Italia y el Reino Unido anunciaron esta semana el envío de consejeros militares a los rebeldes. Varios oficiales franceses están ya asesorándolos, Roma enviará a diez instructores a Bengasi, y Londres mandará "menos de 20 militares".
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que apoya esas iniciativas, pero la secretaria de Estado, Hillary Clinton, descartó explícitamente que Washington vaya a enviar también a consejeros.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, consideró que el envío de asesores militares marca el inicio de una operación "terrestre", un acto según él "arriesgado" y que puede tener "consecuencias imprevisibles".
Fuente: Observador Global
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