lunes, 16 de mayo de 2011

Al menos 21 palestinos muertos en choques en fronteras israelíes

En una inusual ofensiva, cruzaron el límite con Líbano y también en Siria, donde rompieron un alambrado y pasaron a Israel. Fueron repelidos por soldados. Además hubo protestas y represión en Gaza y Cisjordania.



Al menos 21 palestinos murieron y casi 200 resultaron heridos ayer en choques con las fuerzas israelíes, durante una serie de protestas en las fronteras de Israel con Siria, el Líbano, Gaza y Cisjordania. La violencia sorprendió a las autoridades israelíes, a pesar de los preparativos de varias semanas previendo las consecuencias posibles del día de la “Nakba”, que conmemora la proclamación del Estado de Israel en 1948, y representa para los palestinos el comienzo de la “tragedia”.
En la frontera con el Líbano, soldados israelíes dispararon contra cientos de refugiados palestinos que intentaban cruzar. Allí murieron diez manifestantes y cerca de un centenar resultaron heridos, según fuentes militares libanesas.
Al menos otros cuatro palestinos perdieron la vida en enfrentamientos con el ejército israelí en la frontera con Siria, después de que entre 30 y 50 personas consiguieran colarse en Israel y entrar en el pueblo de Madj al-Shams, en los Altos del Golán. Algunos testigos hablaban de hasta 10 muertos en este incidente y otro en Gaza.
Para muchos palestinos, la violenta jornada de ayer fue “el comienzo de la tercera Intifada”, mientras que en Jerusalén los tomaron como un ensayo general –y fallido– para los eventos que deberá enfrentar a partir del casi seguro reconocimiento del Estado Palestino en la próxima sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.
El presidente palestino Mahmud Abbas afirmó en un discurso televisado que “la sangre” de los palestinos muertos ayer “no ha sido en vano. Su sangre ha sido derramada por la libertad del pueblo palestino y por sus derechos”.
Abbas afirmó que los disturbios y la elevada participación de manifestantes en el día de la Nakba –que recuerda la expulsión de cerca de 700.000 palestinos de sus casas hace 63 años– es la prueba de que “el deseo de la gente es mayor que el poder de las fuerzas ocupantes”.
Las autoridades israelíes acusaron a Siria de fomentar la violencia. “El régimen de Siria pretende intencionalmente desviar la atención internacional de la brutal represión que ha emprendido contra sus propios ciudadanos a fin de exacerbar los ánimos contra Israel’’, dijo el teniente coronel Avital Leibovich, portavoz de las fuerzas armadas israelíes.
El hecho de que cientos de palestinos y sirios armados sólo con piedras hayan logrado derribar el alambrado de la frontera de Siria con el territorio controlado por Israel en la Meseta del Golán desde la guerra de 1967 reaviva los temores más secretos de los servicios de seguridad israelíes: no la bomba atómica iraní, no misiles químicos o biológicos lanzados desde Siria ni hombres bomba desde Gaza. El temor es a una masa de manifestantes desarmados que avanzan hacia las fronteras de Israel desde los países vecinos, o sobre las colonias y bases israelíes levantadas sobre tierras palestinas, en marchas multitudinarias que Israel no se puede permitir dispersar a disparos de tanques.
Las autoridades israelíes temen el potencial de imitación del “éxito” en el Golán por parte de cientos de miles de palestinos, que a partir de septiembre podrían estar respaldados por la comunidad internacional al pretender marchar hacia territorios del “Estado Palestino en las fronteras de 1967”, como lo reconocería la ONU.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, afirmó tras la oleada de protestas que Israel “está dispuesto a proteger sus fronteras” y que Israel “resistirá” cualquier intento de atacar sus bordes.

Fuente: Clarín

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