jueves, 5 de mayo de 2011

Muerte de Osama Bin Laden revive el debate sobre la tortura

Detenidos en Guantánamo

Washington niega que tortura haya contribuido a localizar al jefe de Al Qaeda


WASHINGTON - Los indicios que permitieron localizar a Osama bin Laden fueron acumulándose "con el correr de los años" y no en interrogatorios violentos a un detenido en particular, insistió el martes el gobierno estadounidense, mientras algunos justifican el uso de la tortura.

"No obtuvimos información específica en un momento particular que nos habría conducido a Aboottabad, son informaciones adquiridas con el correr de los años", aseguró el martes a la CNN John Brennan, principal consejero para la lucha antiterrorista en la Casa Blanca.

Desde el anuncio de la muerte del jefe de Al Qaida, la noche del domingo 1 de mayo, el propio gobierno estadounidense presentó los interrogatorios de dos detenidos "de gran importancia" como los elementos centrales de la operación.

Detenido clave

El mensajero a través del cual se llegó a Bin Laden habría sido un protegido del cerebro del 11 de setiembre, Jaled Sheij Mohamed, y un asistente de confianza de Abu Faraj al Libi, el número tres de Al Qaida capturado en 2005.

Michael Hayden, el ex director de la CIA bajo la presidencia de George W. Bush, estimó que la administración Obama utilizó informaciones obtenidas de ciertos detenidos de "gran importancia", durante interrogatorios realizados en cárceles secretas de la CIA.

La administración del ex presidente George W. Bush (2001-2009) fue fuertemente criticada por el trato que le dio a esos prisioneros "de alta importancia", algunos de los cuales fueron torturados.

Desde que llegó a la Casa Blanca, Obama prohibió el uso de la tortura y clausuró las cárceles secretas de la CIA.

Pero cuando ex altos funcionarios de la administración Bush intentan justificar la tortura sobre la base del éxito obtenido, Brennan enfría su entusiasmo al insistir que "hubo un conjunto de informaciones provenientes de numerosas fuentes, entre ellas algunos detenidos".

La pista de Guantánamo

La captura de Bin Laden reabrió el debate sobre el uso de la tortura, reportó el diario español El Mundo en su página digital este martes. Agregó que el reconocimiento por parte de las autoridades de Washington de que la pista clave para localizar Bin Laden vino de un detenido en Guantánamo que había sido torturado, reabrió el debate sobre el uso de estas técnicas.

El periódico detalló que Jaled Sheij Mohamed, el supuesto cerebro operativo de los ataques del 11 de septiembre, fue capturado en una incursión en 2003 en la ciudad guarnición pakistaní de Rawalpindi, cerca de la capital Islamabad.

Sheik Mohamed fue sometido 183 veces a la conocida como tortura de la bañera ('waterboarding')”, subrayó El Mundo, y añadió que las sesiones extenuantes de inmersiones en agua para que confesara se le practicaron en una prisión secreta de la CIA en Polonia, en 2003.

Estas prácticas han sido reconocidas por el director de la CIA, Leon Panetta, en una entrevista a la cadena de televisión NBC, escribió El Mundo.

"En este caso, las técnicas de interrogación coercitivas fueron empleadas contra algunos de estos detenidos. Y el debate sobre si podríamos haber obtenido la misma información a través de otros enfoques, creo que siempre va a ser una pregunta abierta", añadió Panetta.

Después de la tortura

El Mundo precisó que pese a todo, Sheik Mohamed no confesó mediante la polémica técnica de asfixia simulada. Lo hizo dos años después, durante un interrogatorio convencional.

Indicó que cuando habló dio a los investigadores el nombre de un correo de Bin Laden, Abu Ahmad al-Kuwaiti, y dijo que tenía relación directa con el 'enemigo número uno'.

Según el 'Daily Mail', una vez que el Ejército de Estados Unidos obtuvo dicha información, 'inundó' Pakistán de agentes secretos desesperados por hallar un rastro de él, que los llevaría a la guarida del hombre más buscado del mundo, se lee en el reportaje de El Mundo.

El diario estadounidense The New York Times dijo que varios oficiales de la administración del ex presidente Bush han defendido estas "técnicas de interrogación mejoradas". Entre ellos citó a John Yoo, un ex funcionario del Departamento de Justicia, quien escribió un texto secreto en el que justificaba los brutales interrogatorios de la CIA.

El ex presidente Bush y conservadores han indicado que la fuerza era necesaria para persuadir a los miembros de Al Qaeda a hablar.

El libro de Bush

En noviembre de 2010 el ex presidente Bush justificó en un libro autobiográfico el recurso a la tortura y admitió roces con su controvertido vicepresidente Dick Cheney.

Las memorias "Momentos decisivos" rompieron el relativo silencio en que ha permanecido Bush desde que cedió su lugar en la Casa Blanca al presidente Barack Obama hace dos años.

Según el New York Times, Bush defendió sus decisiones y anticipó a que la historia lo juzgará menos severamente que los electores.

El ex mandatario defendió además su decisión de autorizar lo que se denominó "interrogatorios fuertes" como el submarino y técnicas de tortura afines, contra los sospechosos de terrorismo.

Bush dijo que esas técnicas "salvaron vidas" y que a una consulta de la CIA de usar el submarino contra uno de los cerebros de los atentados del 11 de setiembre de 2001, contestó: "por supuesto".

En abril de 2009 Obama permitió la publicación de cuatro informes secretos, a petición de un tribunal de California, en los que se detalló cómo el gobierno de Bush dio luz verde a la CIA para poner en práctica técnicas de interrogación consideradas como tortura, entre ellas, la de la asfixia simulada.

Hicieron "la vista gorda"

A finales de abril la Agencia Francesa de Noticias (AFP) reportó que médicos y psicólogos del departamento de Defensa a cargo del cuidado de presos en el centro de detención de Guantánamo ocultaron evidencia de abusos y torturas infligidas intencionalmente a los detenidos, según un estudio publicado este martes.

Los hallazgos de este informe, publicados en la revista PloS Medicine, se dieron a conocer al mismo tiempo que el sitio de internet WikiLeaks divulgó documentos secretos estadounidenses que evidencian la gravedad de los hechos registrados en el manejo de los prisioneros del centro.

El estudio se hizo en base a una revisión de las historias clínicas y expedientes judiciales de nueve presos de esa cárcel, considerada por los críticos como un símbolo de los excesos de la "guerra contra el terrorismo" dirigida por el ex presidente Bush.

Los autores del informe, un general de brigada jubilado y un experto del grupo Médicos por los Derechos Humanos, pusieron en duda si los médicos militares, que al igual que sus colegas civiles generalmente adhieren al juramento hipocrático de no causar daño, deberían haber hecho algo más cuando se enfrentaban a posibles señales de abuso o tortura.

El departamento de Defensa no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios al respecto.

Detalles del informe

Los médicos militares observaron la aparición súbita de síntomas de estrés postraumático en algunos presos que no tenían antecedentes de problemas mentales, escucharon historias de violaciones y registraron fracturas de huesos, contusiones y laceraciones, pero no cuestionaron la causa de las heridas, según el estudio.

"Los médicos y el personal de salud mental que atendieron a los detenidos (...) no investigaron y/o documentaron las causas de las lesiones físicas y los síntomas psicológicos que observaron", de acuerdo al informe.

En uno de los casos relatados, un médico del Servicio de Salud del Departamento de Defensa observó que uno de los presos tenía pensamientos suicidas, lapsos de memoria y pesadillas, y le recetó antidepresivos.

"(Usted) necesita relajarse cuando los guardias son más agresivos", le dijo al detenido, según registros médicos citados por el estudio.

Ya han salido informes sobre la presunta complicidad entre médicos y psicólogos de la CIA y especialistas en conducta del departamento de Defensa, descritos por el gobierno de Estados Unidos como expertos "no clínicos" que estuvieron presentes durante técnicas de interrogatorio extremas como el ahogamiento simulado ("submarino").

Pero Vincent Iacopino, autor principal del informe, dijo que este estudio se enfoca en los doctores y psicólogos del departamento de Defensa que directamente trataron a los detenidos en Guantánamo, y cuyo trabajo se mantuvo en gran parte oculto.

"No ha habido información hasta la fecha sobre cómo estos profesionales de la salud hicieron la vista gorda, tal como ha indicado este estudio", dijo Iacopino a la AFP.

Además de ser sometidos a técnicas de interrogatorio extremas autorizadas durante el gobierno de George W. Bush, los nueve presos dijeron que fueron sometidos a actos "no autorizados".

Cómo interrogaron

Esos actos incluyeron "palizas graves, a menudo asociadas con pérdida de la conciencia y/o fracturas de huesos, agresiones sexuales y/o amenazas de violación, simulacros de ejecución, simulacros de desaparición, una cuasi asfixia provocada por agua (es decir, forzando una manguera en la boca del detenido), y estrangulamiento", según el informe.

"Otras denuncias incluyen meter por la fuerza la cabeza del detenido en un inodoro, utilizarlo como una 'esponja humana' para limpiar el piso y la profanación del Corán".

El equipo de expertos médicos no gubernamentales que revisaron los archivos dijo enfrentar obstáculos para informar sobre la totalidad de lo que ocurrió.

Algunos de los registros médicos fueron fuertemente editados por censores militares, y puesto que el estudio se limitó a analizar nueve casos, los autores del informe no pueden asegurar que los otros detenidos recibieron un tratamiento similar.

"Sin embargo, estos resultados revelan nueva información sobre el posible alcance de la complicidad de médicos en prácticas de tortura de Estados Unidos, y destacan la necesidad de una investigación exhaustiva e imparcial de toda la información disponible, incluida la información confidencial que sea pertinente", según el estudio

Fuente: UNIVSION

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