Las fuerzas de seguridad disolvieron con violencia las manifestaciones que se realizaron en las principales ciudades. Hubo francotiradores apostados en edificios. Un grupo de militares se negó a reprimir y se enfrentó con la policía
La violencia se desató con fuerza ayer viernes en Siria, donde la población salió nuevamente a desafiar el régimen de Bashar Al Assad con masivas manifestaciones en las principales ciudades para exigir mayores libertades democráticas. Hubo una brutal represión que dejó por lo menos 30 civiles muertos, muchos de los cuales recibieron disparos de francotiradores .
Las autoridades sirias, por su parte, denunciaron que un grupo terrorista –al que no identificaron– atacó un retén en Homs y asesinó a 10 policías. Esto ocurre en medio de versiones, difundidas en la cadena televisiva Al Arabiya y Twitter, que aseguran que se registraron durosenfrentamientos entre policías y militares de una brigada acorazada que se negaron a disparar contra civiles .
Las protestas se realizaron en las ciudades más combativas como Deraa, Homs, Lataquia, Jablah, Deir Al Zor y Damasco, entre otras. Desde temprano la gente se congregó en las mezquitas para la plegaria musulmana del viernes, rebautizada como “viernes de ira” por las redes sociales. Pero la tradicional actividad religiosa se vio nuevamente desbordada por el movimiento popular en reclamo de cambios políticos y económicos, que se viene desarrollando desde hace casi dos meses en forma continua.
A media mañana, cuando la población comenzaba a salir de las mezquitas, se iban armando las marchas. Los servicios de seguridad, con altavoces colocados en camionetas, exhortaban a los manifestantes a desistir “si no quieren ser detenidos y castigados”. También instaban a los comerciantes a volver a sus casas y a los habitantes a no salir.
Pese a los bloqueos de calles, la gente marchó para concentrarse en las plazas principales. Allí comenzó la cacería y el esquema represivo se repitió casi de la misma manera en todas las ciudades. Primero, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos, y luego repelieron con bastones . Cientos de personas -según organismos de derechos humanos poco más de 300- fueron detenidas y subidas a vehículos militares. Los francotiradores, en tanto, elegían sus blancos y disparaban. La mayoría de las víctimas son de Homs, Hama y Lataquia, de acuerdo al Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
En un episodio ocurrido en Damasco, que enervó aún más los ánimos, fue detenido a la salida de la mezquita Riad Seif, uno de los líderes más prestigiosos de la oposición. Este hombre de 64 años ya purgó una condena de dos años y medio de cárcel, entre enero de 2008 y julio de 2010, por luchar a favor de los cambios democráticos. Y en 2001 había sido condenado a cinco años de cárcel acusado de haber querido “cambiar la Constitución de una manera ilegal”.
Deraa, la ciudad que fue y es el epicentro de las protestas contra el gobierno, sigue rodeada por un intimidante operativo militar con blindados. Anoche, según versiones de testigos citados por organismos de derechos humanos, llegaron más tanques y se instalaron nuevos francotiradores en los techos de varios edificios. Por ahora, dijeron, “ dejaron de dispararle a los transeúntes ”.
Las mezquitas, en esta ciudad a 100 km de Damasco, están todas ocupadas por los militares. Sus habitantes siguen privados de bienes esenciales a pesar de que ayer llegó un convoy de víveres y medicinas de la Cruz Roja.
En las manifestaciones participan particularmente sunnitas, etnia mayoritaria en el país, pero marginada de cualquier poder del Estado. También kurdos, un sector de la población que se siente marginado en este país árabe. El gobierno de Bashar pertenece a los alauita, una minoría shiíta.
Desde el inicio de las protestas, al menos 8.000 personas han sido detenidas y los muertos ya suman cerca de 600 . Ante esta situación, los 27 países de la Unión Europea aprobaron ayer sanciones a Siria, con medidas restrictivas a 14 altos funcionarios, pero no al presidente Bashar al Assad.
Francia y Gran Bretaña impulsaban la inserción inmediata del presidente sirio entre las personalidades afectadas por medidas individuales, como la abolición de las visas y el congelamiento de los bienes en territorio europeo. Pero otros miembros de la UE, entre ellos Italia y Alemania, preferían un enfoque “progresivo” para enviar una “señal fuerte” a Damasco sin cerrar todas las puertas de inmediato.
El paquete de medidas adoptado por la Unión Europea prevé el embargo sobre la provisión de armas y equipos que vienen utilizando las fuerzas de seguridad sirias en las acciones de represión. También dejaron la puerta abierta a nuevas sanciones.
Fuente: Clarin
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