jueves, 26 de mayo de 2011

Los líderes del G-8 reclamarán una regulación más estrecha en internet


El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha querido poner internet en el centro del debate del G-8, que arranca hoy en París. Tras reunir a los máximos directivos del sector durante los dos días previos a la gran cita, un documento, revelado por The New York Times, muestra que los líderes de los ocho países más industrializados del mundo abogarán por una regulación más estricta de internet.


La polémica está servida. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, quiere un internet con más control y los líderes de los ocho países más ricos del mundo parecen dispuestos a recoger el aguante, y ello pese a la oposición de determinados colectivos y de muchas empresas ligadas al mundo de internet. Un documento, al que ha tenido acceso The New York Times, revelaba ayer que los líderes del G-8 instarán la adopción de una regulación más estrecha de internet. Concretamente, citan medidas para proteger a los menores, para fortalecer los derechos de privacidad y para acabar con la piratería de contenidos con derechos de autor.
Pese a que personas de relieve como Eric Schmidt, presidente de Google, reclamaron la necesidad de revisar primero las soluciones tecnológicas disponibles antes de aplicar una legislación, porque "avanzaremos mucho más rápidamente que cualquier gobierno o, incluso, que todos ellos juntos", la decisión de poner ciertos cotos parece tomada, según explicaron al citado periódico dos personas que han tenido acceso a los borradores de un comunicado del G-8.
Eso sí, el documento parece que va a incluir un compromiso para impulsar el respaldo a los emprendedores desde las instancias públicas, para continuar con el desarrollo de internet, que ha tenido un impacto tan importante como la revolución industrial, según destacó el propio Sarkozy, tratando de dar un discurso equilibrado, que contentara a todas las partes.
Confrontación
Sarkozy, además, se encontró con el respaldo de la comisaria europea de nuevas tecnologías, Neelie Kroes, quien hizo también ayer un llamamiento para que exista una regulación en internet. "En algunos casos hacen falta reglas esenciales del juego, en particular con respecto a problemas globales", dijo durante el segundo día de la cumbre tecnológica, bautizada como eG-8.
La comisaria señaló que no es suficiente con "hacer nuestras propias y limitadas reglas a nivel europeo, aunque Europa tiene un mercado único digitalizado y tiene algo que decir", según informó la agencia AFP. Kroes advirtió, no obstante, que hay que regular prácticas de manera eficiente y "convencer a todas las partes interesadas".
Aunque la cumbre tecnológica tenía como finalidad debatir sobre el futuro de la web y su papel en la economía (según un estudio de The Boston Consulting Group para Google, la red aportará el 5% al PIB español en 2015), muchas empresas tecnológicas participantes criticaron ayer que no se han escuchado a todas las partes y que había más interés en poner límites a internet y legislar sobre propiedad intelectual, que en hablar de nuevos modelos de negocio. La candidata al cargo de directora del FMI, Christine Lagarde, admitió que existen dificultades en mantener un equilibrio entre la libertad y la regulación en internet.

Las 'telecos' critican los planes de la Comisión Europea

Las cinco grandes asociaciones europeas del mundo de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información, Cable Europe, ECTA, ETNO, EuroISPA y GSMA Europe, emitieron ayer un comunicado conjunto en el que se posicionaron contra la nueva normativa que está impulsando la Comisión Europea en la que se contempla que las operadoras de telecomunicaciones vigilen los contenidos audiovisuales que se mueven a través de sus redes, y tengan la obligación de bloquear las obras que violan los derechos de autor.
Estas patronales mostraron su preocupación por el plan de Bruselas de ampliar el papel de los proveedores de acceso a internet en la prevención de la descarga de contenidos ilegales, particularmente si la cooperación voluntaria propuesta pasa por alto las garantías necesarias como es el control judicial sobre la legalidad de los contenidos. Además, estos grupos lamentaron el movimiento iniciado por Bruselas, al que calificaron de prematuro.
Hasta ahora, a las operadoras no les ha gustado este iniciativa porque les convierte en policías en la red. A su vez, han indicado que esta supervisión tendría un coste altísimo y sería ineficiente.
Sin voz en París
Algunas organizaciones critican que el G-8 discuta por primera vez la política de internet y no tenga en cuenta la voz de los ciudadanos. "En vez de promover la neutralidad de la red, la privacidad del usuario y la no censura online, bloquean a la sociedad civil", afirman.

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